Los beneficios del queso para la salud son múltiples. Puede que este dato sorprenda a quienes lo consumen solo por el placer de degustar este delicioso alimento. Pero lo cierto es que el queso, además de un manjar, es una extraordinaria fuente de nutrientes fundamentales para el organismo.
Existen cientos de variedades de queso, cada una con características y propiedades nutricionales diferentes. Los hay para todos los gustos. Pero ¿en qué hay que fijarse para entender las diferencias entre un tipo de queso y otro? Se pueden considerar varios criterios para establecer las distintas categorías de quesos. Por ejemplo, el tipo de leche, la textura, el proceso de elaboración o el de maduración.
Diferentes tipos de quesos
El criterio más inmediato para clasificar los quesos es el de la materia prima, es decir, el tipo de leche utilizado.
- Quesos de vaca: son los más comunes. Ricos en vitaminas A, B y D, son también fuente de calcio. Los quesos frescos de vaca tienden a ser muy ligeros, ya que la leche de vaca tiene un sabor más suave que la de cabra o la de oveja.
- Quesos de oveja: suelen ser quesos aromáticos y cremosos. La leche de oveja contiene menor cantidad de agua que la de vaca, lo que le da su característico sabor intenso. Es rico en vitaminas, proteínas y en grasas. Contiene vitaminas A, D y E.
- Quesos de cabra: cremosos, de sabor fuerte y con alto contenido proteico. Son ricos en potasio, hierro, calcio y cinc. Aportan vitaminas A, B, D y K.
También es posible dividir los quesos en función de su proceso de elaboración y, concretamente, en función del tratamiento de la leche.
- Quesos de leche cruda: mantienen todos los microorganismos presentes en la leche.
- Quesos pasteurizados: la leche se ha sometido a un tratamiento térmico rápido para eliminar bacterias. El queso pasteurizado suele ser menos intenso y sabroso que el elaborado con leche cruda.
- Quesos grasos: producidos con leche entera.
- Quesos semigrasos: hechos con leche semidesnatada.
- Quesos ligeros: elaborados con leche desnatada.
Otro factor importante es el proceso de maduración.
- Quesos frescos: son blandos y de sabor ligero. Compuestos de leche y cuajo, pueden consumirse pocas horas después de su elaboración. A este grupo pertenecen la mozzarella, el queso de Burgos y el requesón.
- Quesos semicurados: su maduración dura unos cuatro meses. Suelen ser suaves y de textura blanda. Los más conocidos son el gouda y el gruyère.
- Quesos curados: son ricos en grasas y de sabor muy potente. Su proceso de maduración dura más de seis meses. Destacan en este grupo el parmesano y el manchego.
- Quesos azules: de textura suave y fuerte aroma, maduran en espacios húmedos que facilitan la formación del moho que les caracteriza. Por ejemplo, el roquefort y el gorgonzola.
¿Qué diez beneficios aporta el queso a la salud?
Cada una de las variedades de queso que acabamos de ver incide en la dieta de manera diferente. Por ejemplo, no aporta las mismas proteínas un queso de cabra que un queso fresco de vaca, o un queso pasteurizado de oveja que un queso crema. Teniendo esto en cuenta, veamos cuáles son los beneficios generales que consumir queso aporta a nuestra salud.
- Fortalece los huesos gracias a su alto contenido en calcio.
- Contribuye a mejorar la salud dental gracias también al calcio y a su capacidad de regular el pH de la boca.
- Su contenido en ácidos grasos omega-3 beneficia al sistema cardiovascular y al cerebro.
- Ayuda a controlar la presión arterial. No solo los quesos bajos en grasa y sodio. Se ha comprobado que algunos quesos más calóricos como el grana padano también previenen la hipertensión.
- Como todos los productos lácteos, es muy recomendable durante la lactancia materna.
- Según un estudio del World Cancer Research Found, ayuda a prevenir el cáncer de colon.
- Contribuye a mantener el equilibrio de la flora intestinal.
- Es rico en vitaminas A, B y D que, entre otras virtudes, fortalecen el sistema inmunitario.
- Su alto contenido en aminoácidos favorece el funcionamiento general de nuestro organismo.
- Como fuente de minerales, vitaminas y proteínas, estimula el crecimiento infantil.
Después de este decálogo, queda claro que, además de un placer gastronómico al alcance de todos, el queso es también fuente de salud. En los últimos años, ha crecido mucho la demanda de quesos artesanales. Cada vez hay más personas interesadas en degustar quesos de alta calidad. Otra tendencia que está ganando adeptos es la de elaborar quesos caseros.
¿Cómo elaborar quesos artesanales?
Hacer queso fresco en casa está al alcance de cualquiera que tenga a mano leche, cuajo y un colador. Para variedades que requieran un proceso de maduración, la técnica es más compleja. Aprender a hacer un queso artesanal de calidad precisa tiempo, práctica, asesoría de expertos queseros y materiales adecuados. Es fundamental dominar cada uno los pasos necesarios para la elaboración de un queso: la coagulación, el corte y extracción del suero, el prensado y la maduración.
Casa del Quesero dispone de todos los materiales imprescindibles para la producción de quesos artesanales: desde fermentos lácticos, cuajos, coagulantes y lipasas hasta implementos como paños reutilizables y moldes, así como material y equipos de laboratorio. Cualquier persona interesada en abrir una quesería encontrará en nuestra página web todos los materiales necesarios y maquinaria de la más alta calidad.
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Las queserías están en auge y Casa del Quesero está al servicio de todos aquellos que han decidido convertir su pasión por los quesos artesanales de calidad en su profesión. Los beneficios del queso para la salud y el placer de degustarlo en una buena mesa son buenas razones para comprometerse a elaborar los mejores quesos. Para facilitar este trabajo, nada mejor que contar con la colaboración y la asesoría de Casa del Quesero y todo su equipo material y humano.
